¿Estás siempre ocupado pero tienes la sensación de nunca acabar nada?
Si eres como yo solía ser, trabajas… y mucho. Es probable que te sientes como que siempre estás trabajando… pero nunca sientes que estás haciendo lo suficiente… o avanzas en las cosas importantes. Muchos de tus días pasas apagando “incendios” y respondiendo al emails “urgentes”, uno tras otro. Terminas cada día agotado, pero todavía te sientes culpable por todas las cosas que no has podido hacer.
¿Te reconoces en estas situaciones?
- “Me estoy ahogando en mi carga de trabajo actual, no consigo conciliar mi vida laboral y personal y siento constantemente como si estuviera fallando en todos los frentes…”
- “Constantemente me siento abrumado, como no hay suficientes horas en el día…”
- “A menudo escribo una lista de tareas pendientes por la mañana, ¡pero rara vez logro lo que está en esa lista!”
- “Tengo tantas cosas que hacer y simplemente no hay suficiente tiempo…”
- “Después de trabajar todo el día, mi mente se ralentiza hasta el punto de que apenas funciona. Quiero perder peso, pasar más tiempo con mi familia, leer… pero estoy tan agotado al final del día.”
La verdad es que muchas personas se plantean objetivos, pero tienen problemas para hacer progreso. Hacen buenos propósitos de Año Nuevo, pero no consiguen mantenerlos. Crean grandes listas de tareas pendientes por la mañana, pero nunca son capaces de “tachar” la mayor parte de lo que querían lograr ese día. Empiezan fuerte con buenos hábitos… pero luego luchan por mantener la motivación y sostener los hábitos. Pasan por ciclos en los que consiguen realizar mucho, seguido de días — incluso semanas y meses — de sentir que no han logrado nada.
Pero no tiene por qué ser así.